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Lance tras lance espero paciente ese
momento, el momento en el que el corazón parece que va ha estallar, las manos
me sudan y las piernas me tiemblan. Otra vez tú, has salido inesperadamente
de lo más profundo y has roto mi monotonía. En este momento en el que parecía
que nada podía pasar. Me apresuro a alzar la caña, y recojo con la
tranquilidad con la que mis alteradas emociones me dejan actuar. Luchamos, te
resistes, pero esta vez gano yo. Aunque
tu eres el derrotado, quedo eclipsado por la viveza de tus colores y tu
hermosura, y otra vez , te dejo en el agua y te veo marchar.
¡Hasta otra viejo amigo! |